Fecha de Publicación:
Acapulco de Juárez, Gro. Méx. 02/Julio/2011
Dir. Revista Virtual LEMA Universitario:
Emilio Nahín Rojas Madero
“Mi vida por una mejor Nación”
Congreso Sin Control
Rodrigo Huerta Pegueros
Para aquellos que se rasgan las vestiduras y se desgañitan echando pestes contra el nuevo gobierno, tildándolo de estar haciendo cosas contrarias a un gobierno de izquierda, habrá que recordarles que en ningún momento los nuevos inquilinos de Casa Guerrero se proclamaron como abanderados de una ideología afín a dicha tendencia, aún y cuando las banderas con las que fueron arropados durante el pasado proceso electoral pudieran considerarse de izquierda, lo cual todavía pondríamos a debate.
La nueva administración pública estatal ha actuado como se preveía lo hiciera, o sea, de manera pragmática, acorde a las tendencias políticas y económicas que privan actualmente y desde hace ya muchos años en todo el país, según el modelo neoliberal—nos guste o no—impuesto desde principios de los años ochenta y durante el régimen encabezado por el ex presidente de la República, Miguel de la Madrid Hurtado.
Las críticas que se le formulan al actual gobierno estatal surgen de los propios militantes de los partidos políticos que tienen representantes en los poderes públicos, particularmente en el ejecutivo y legislativo, y quienes han denunciado que se ha actuado en forma contraria a sus postulados, a sus principios ideológicos y políticos asentados en sus documentos básicos.
Existe una frase muy socorrida entre los políticos y funcionarios públicos en funciones de que ‘’el ejecutivo propone y el legislativo dispone’’. Con esta premisa el poder ejecutivo se deslinda de la actuación que asuman los diputados, particularmente cuando en la cámara legislativa local están representadas todas las corrientes políticas de la entidad.
Por lo tanto, quienes acusan al ejecutivo de actuar sin contrapesos o de manejar en forma unilateral las cosas en la entidad, están, para decir lo menos, fuera de lugar y sus críticas deberían estar encaminadas hacia el poder legislativo. Pero si bien es cierto que los críticos del ejecutivo son miembros de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo, también se tienen registradas una serie de arremetidas por parte de personeros del Partido Revolucionario Institucional. Lógicamente, más no éticamente, los adversarios del ejecutivo no ven los errores en sus propias parcelas del poder sino que les es más cómodo y quizá crean que más redituable—electoralmente hablando—echarle la culpa a los de enfrente.
Pero preguntaríamos, si lo que les incomoda es que la aprobación de los famosos Programas de Prestación de Servicios (PPS) se dio en el seno del poder legislativo ¿no son culpables los diputados por haberlos aprobado? Y serían ellos a los que se les debe pedir una amplia explicación por su actuación. Recuerdo que en el PRD, PT y PRI, miembros distinguidos de estos institutos explicaron los porqués no deberían aprobar la puesta en operación de los PPS. Luego entonces, sus argumentos no fueron de peso para inhibir sus posturas de aprobarlos o ¿hubo algo fuera de lo normal que propició que los diputados de estos partidos en particular actuaran contra sus propios principios, ideologías y estatutos?
Esto es lo que deberían investigar y denunciar los que se sienten traicionados por sus propios representantes ante el Congreso local. Y si esto sucedió con los PPS, pues fácilmente colegiríamos que puede suceder con otros proyectos que tiene en la mesa el nuevo gobernante y que en breve enviará para su atención y aprobación por parte de los diputados. Recomendamos a los inconformes que relean el discurso de toma de posesión del gobernador del estado el pasado primero de Abril del 2011 para que visualicen lo que ocurrirá en los próximos meses.
Por lo tanto, no deben sentirse agraviados sino desestimulados los críticos del ejecutivo porque fue en su propia cancha fue donde el juego no se dio parejo ni transparente y el resultado negativo se consumó dentro del poder legislativo, que una vez más se muestra y demuestra que este el poder está fuera del control no solo gubernamental sino también del ciudadano y en donde la rendición de cuentas es letra muerta. Reconvenir a los diputados por su actuación en el Congreso es lo que más les conviene a los militantes de los partidos que equivocadamente quieren culpar al ejecutivo de lo que ocurre en el poder de enfrente.
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