Fecha de Publicación:
Acapulco de Juárez, Gro. Méx. 07/Agosto/2011
Dir. Revista Virtual LEMA Universitario:
Emilio Nahín Rojas Madero
“Mi vida por una mejor Nación”
Monopolios Sectoriales en la Salud y sus Homicidios
Emilio Nahín Rojas Madero
Fredy Leyva Irra
Don Fernando de Jesús Bello; un señor común, trabajador y dedicado a su familia, tubo la desdicha de padecer un accidente en una de sus extremidades inferiores. Por lo que acudió por su propio pie al hospital para recibir la atención medica correspondiente. Pero el 20 de Julio del presente año; siendo las 4:45 de la mañana, dejo de existir. Durante el mes que estuvo en la clínica, sus familiares tuvieron poco acceso a la información de su cuadro clínico, aun cuando es un derecho; pero el personal medico se comporto con hermetismo y el familiar que insistía en dicha información, recibía por respuesta una majadería por parte de dicho personal. Éste es solo un caso de los 416 anuales que ocurren con tanta similitud, tan solo en el Estado de Guerrero; de acuerdo a las cifras del ISSSTE e IMSS en conjunto. ¿Cómo es posible que los encargados de salvaguardar la salud contribuyan al trágico desenlace? Mas aun de alguien que les entrega su confianza y lo regresan en ataúd a su hogar. Y más cuando sus salarios dependen de nuestros impuestos; otorgados tanto por la federación como por nuestros empleos.
A finales de Diciembre del año 2010; concluimos una investigación en la que estudiamos “La problemática de la falta de atención medica en el Edo. De Guerrero”. Lo que arrojo varios temas de investigación; sin embargo, nos centramos en un resultado y le dimos solución. El de hacer una reforma al artículo 57 de la ley de salud de Gro. Con la que se planteaba la creación de una red entre los hospitales públicos y privados, para dar atención medica a pacientes con enfermedades prioritarias y urgentes; financiadas con los impuestos de los productos generadores de la enfermedad. Ejemplo: cáncer financiado con el IVA de los cigarros; entre otras fuentes de recursos. Lamentablemente diputados de izquierda dijeron que eso era privatizar la salud; no permitieron más argumentos de defensa y le dieron carpetazo.
Y los diputados de derecha, así como medios de comunicación; buscaron hacer un cerco informativo y así la “Iniciativa Leyva” (nombre con el que la definimos) quedo en el silencio. Tal ves el problema fue que se le ocurrió a pasantes de abogacía y no a médicos expertos en la materia o porque se le ocurrió a alumnos y no a legisladores que al ver el resguardo celoso que sus creadores le pusieron, para evitar que algún oportunista se lo adjudicara; decidieron dar oídos sordos a la propuesta. Es más; hasta se le envió al gobierno de la republica para que la analizara, pero al ver que entre los proyectos criticados por sus imperfecciones, se encontraba el del Seguro Popular como un programa colapsado, la respuesta inmediata del gobierno federal, fue la grandiosa campaña publicitaria que hiciera sobre este programa y sus “virtudes”; de ello fuimos testigos todos los mexicanos.
La privatización y el monopolio son dos cosas muy distintas; la primera es el traspasar obligaciones públicas al sector privado y la segunda es tener pleno control de dominio sobre un servicio o necesidad sin “competencia” alguna. Pero tan ligadas una de la otra, que por sí solas o en conjunto son dañinas para el beneficio común de la sociedad. La salud en México; esta monopolizada por muy tonto que se escuche, pero es un monopolio sectorizado. Porque no hay dos hospitales que atiendan a trabajadores de la educación como el ISSSTE; ni mucho menos dos instituciones de salud que otorguen atención médica al obrero industrial y oficinista. En pocas palabras; estas instituciones se convirtieron en mafias secuestradoras de la salud, no les importa que sus pacientes vivan o mueran, pues el recurso federal ya esta etiquetado para su salario seguro, trabajen o no; por ello, el sistema de salud es un fracaso.
Ante la negativa de los diversos actores involucrados en darle solución a la ineficacia de la salud y ante el miedo de que ésta se “privatice”; aquí se presenta una alternativa con tres acciones. La primera es la creación de una comisión eficaz y con resoluciones de peso jurídico, tanto penal como administrativo. Cuya única función sea la de auditoria; como la aplicada a los funcionarios por su actuar laboral en su función publica. O la ejercida sobre los jueces y magistrados por sus resoluciones de sentencias, pero sobretodo por sus indulgencias. En el caso de los médicos, será para analizar el porqué del alto índice de decesos o mortandad durante su función profesional. Y en caso de culpabilidad; calificársele como de “negligencia” y sancionársele con forme lo marca la ley, puesto que el adjetivo cumple con las formas en que se ejecuta el “delito”, los cuales son: “hacer, no hacer o dejar de hacer”.
La segunda acción es la de eliminar el hecho de que el medico ejerza funciones que solo le competen al ministerio publico; como la de denunciar a pacientes que ingresen a los nosocomios con heridas de bala. Ya que en los tiempos de narcoguerras en que vivimos; esta tonta obligación impuesta por el Estado, pone en peligro la vida de los profesionistas de la salud. Deben ser los propios ministeriales quienes se establezcan en módulos dentro de los hospitales; pues esa es su obligación. Ya que lo que le debe importar al Estado es el velar por la vida tanto del medico como del paciente, sin importar su condición jurídica de éste ultimo tal y como lo establecen los preceptos y exigencias de la Organización Mundial de la Salud OMS. El tercero y último elemento es la inserción del ente receptor del servicio en la administración de la dependencia de salud.
Es decir, que para que se tomen directrices eficaces en el servicio de los hospitales; la directiva debe estar integrada por un grupo colegiado en el que participe el derechohabiente. Ya que éste esta directamente vinculado con las necesidades y demandas del resto de sus “coobeneficiarios” con el servicios de salud. Evitando que al dejar la dirección de los hospitales a plenitud de los médicos; los cuales por la naturaleza humana, pierdan el rumbo de su responsabilidad ética por la cual fueron nombrados y terminen convirtiéndose en mafias de la salud; repartiéndose los instrumentos y medicamentos otorgados por la federación, bajo fines de lucro como lo han hecho hasta ahora. Pero con dicha integración, se favorecerá el mejoramiento y la calidad de los servicios de salud y no como las mediocres iniciativas de ley, planteadas por “eminentes” legislador, las cuales se encuentras desfasadas de la realidad. Tal ves por la obvia razón de que muchos de ellos; nunca en su vida han ocupado los servicios públicos de salud y cuando lo requieren, acuden inmediatamente a los mejores hospitales de Houston o Washington DC, en Estados Unidos.
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